La complicidad de los medios en la Guerra Sucia; el expediente se abre mañana
El libro de Jacinto Rodríguez Munguía al cual me refería en mi anterior post estará a la venta a partir de este miércoles en librerías, un meritorio producto de años de investigación y de lectura concienzuda de los fríos y ominosos reportes de los órganos de inteligencia del Estado mexicano. La otra guera secreta no es la transcripción de una petición de información formulada al IFAI y desahogada en 15 días, lo cual se ha convertido en método de trabajo de los modernos periodistas de investigación. Es un trabajo elaborado casi en paralelo con su libro anterior, Historia confidencial, las nóminas secretas de Gobernación (2004) y está basado en documentos rescatados de las alcantarillas de la historia oficial. En las montañas de Guerrero era el ejército; en la ciudad, la Dirección Federal de Seguridad. Ambos tenían la labor de aniquilar a la guerrilla y silenciar las voces que negaran la bondad de las instituciones. A décadas de distancia, periodistas y comunicadores escudan su vergonzante silencio en el poder censor de la Secretaría de Gobernación, en el miedo a desafiar a la figura presidencial. Sin embargo, muchos de los que callaron lo hicieron por voluntad propia, cómplices y colaboradores de los torturadores pagados en Bucareli y los ejecutores vestidos de verde olivo. Para escribir ese episodio se necesitaba de un verdadero periodista, de esos que se ubican por encima de la memoria cortoplacista de los redactores de coyunturas y vendedores de escándalos. Un texto indispensable de un excelente reportero para periodistas que de verdad leen.
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